TRADICIONALMENTE, EL MATRIMONIO era uno de los pocos modos de ascender socialmente. Hoy en día las cosas han cambiado y ya no es necesario este vínculo, sin embargo, aún seguimos prefiriendo a personas más jóvenes, mas atractivas y, en general, con rasgos que consideramos como superiores (incluido el económico). ¿Podemos seguir hablando de hipergamia en el siglo XXI?
| CONTENIDO DE ESTE ARTÍCULO |
| 1. Qué es la hipergamia
3. ¿Es mi pareja parte de mi éxito personal? |
1. Qué es la hipergamia
El diccionario de Antropología de Thomas Barfiel define la hipergamia como «la práctica de las mujeres para ascender de posición social por medio del matrimonio», en contraposición de la hipogamia, que sería el descenso social al contraer matrimonio.
Pero estas definiciones están dadas desde la antropología social y, evidentemente, no se corresponden con la cultura occidental del siglo XXI.
Hoy podríamos definir la hipergamia como aquella preferencia (de hombres y mujeres) por vincularse sentimentalmente con personas que se perciben como superiores, no sólo en lo económico o social; también podríamos considerar hipergamia vincularse con alguien que tiene una educación superior a la nuestra, o es más joven, más atractivo; o cualquier otro rasgo que valoremos como superior.
Georgina Rodríguez era empleada de una tienda de moda cuando conoció a su esposo, Cristiano Ronaldo.
De modo que la hipergamia, en el siglo XXI, sigue vinculado al éxito personal y a una necesidad de demostrar socialmente lo que hemos alcanzado en la vida: no es lo mismo aparecer en una fiesta de la mano de una persona deslumbrantemente atractiva, poderosa y rica, que hacerlo de alguien que pase absolutamente desapercibido; como tampoco es lo mismo pasearte conduciendo en un descapotable último modelo de gama alta, que andar en tu entrañable Ford Fiesta de 1995.
Esto es caldo de cultivo ideal para las redes sociales: las redes sociales se inventaron para esto, para mostrarnos socialmente: subir fotos de un viaje con la chica o el chico más atractivo el un restaurante de lujo en París y en general mostrar al mundo lo que uno a conseguido.
Una pareja, sobre todo, tiene que darnos amistad, pasión (sexo) y compromiso.
Sin embargo, fijarse sólo en esas supuestas superioridades del otro —sin atender a otros presupuestos importantes— no sólo es un banalidad, sino que puede ser perjudicial para uno mismo. La elección de pareja como un complemento de vida (una pareja no es algo que necesitemos para ser feliz) no puede estar supeditado al estatus social o a lo que piensen los demás. La elección de tu pareja sólo puede estar supeditado a nuestra felicidad.
Pueden pensar que eres una persona de éxito porque estás con alguien cuya superioridad queda evidente con su presencia, pero eso no es un éxito personal, sencillamente porque eres tú quién tiene que convivir con esa persona y no con los libros que ha escrito o sus títulos universitarios, o su dinero en el banco.
Vincularse sentimentalmente con alguien solo por lo que representa puede ser un error.
2. Belleza por estatus
Es cierto que existe una creencia más o menos general por la que las mujeres priorizan el estatus social cuando están buscando una pareja, mientras que los hombres lo que priorizan es el atractivo físico. Es una especie de intercambio de belleza por estatus en el que igualmente podríamos estar hablando de hipergamia: ambos consiguen algo que no tenían.
No hace mucho tiempo atendí en mi consulta al dueño de un gran imperio inmobiliario: hoteles y edificios por todo el mundo. Un hombre italiano de 53 años, no muy alto y quizá tampoco muy atractivo, pero inmensamente rico. Fernando (nombre ficticio) había tenido un sin fin de parejas de todas las nacionalidades, sin que por el momento, haya dado con la persona adecuada.
Me mostró algunas fotos de su catálogo de exparejas. Todas eran mujeres mucho más jóvenes que él y todas singularmente atractivas. Sin embargo, Fernando, seguía soltero y sin compromiso a la vista.
La elección de una pareja sólo puede estar supeditada a nuestra felicidad.
Esto parece desprender cierto olor a machismo. Si una chica guapa está con un hombre rico y no tan atractivo, pensamos que es sólo por el interés. Sin embargo, por ejemplo en el caso de Fernando, muchas de sus exparejas eran también empresarias de éxito.
Fernando se lamentaba de no haber tenido un hijo, algo que le hacía especialmente infeliz según sus propias palabras. Sus explicaciones de por qué había ocurrido esto eran sencillas: se había fijado demasiado en la belleza o en otros atributos superficiales, abandonando al segundo plano aspectos de la personalidad muy necesarios para la vida en común.
Se vinculaba con ellas sólo por lo bonitas que eran y por lo que esto significaba socialmente. «Siempre he pensado —dijo— que un hombre como yo no puede aparecer en un fiesta con una chica del montón».
3. ¿Es mi pareja parte de mi éxito personal?
Es muy habitual que personas con un nivel económico muy alto (y esto es más habitual en hombres) terminen con una pareja más joven y atractiva. Quizá esto sea otra forma más de comunicar al mundo que pueden triunfar no sólo en lo económico. Sin embargo, elegir pareja sólo porque sea atractiva o sólo porque sea millonaria, puede ser problemático a la larga.
Al parecer, no todo el mundo dice la verdad cuando le preguntan qué buscan en una pareja. Eso dice el que fuera profesor de Psicología social de la universidad de Texas, Davis Buss, en un artículo ya clásico sobre este asunto: Preferences in Human Mate Selection, (que podríamos traducir como Preferencias en la elección de pareja en humanos) donde preguntó qué rasgos se valoraban más a la hora de elegir un compañero de vida.
En el estudio casi nadie se refirió al físico o al estatus social; todos decían que preferían gente que pudiera comprenderlos y que fueran amables o buenas personas. Algunas mujeres sí hicieron referencia a la capacidad económica, pero no lo destacaban como un rasgo esencial.
Mi pareja es más atractiva y está muy por encima de mi nivel económico, pero nada de eso me importa. De cualquier forma, quiero pasar mi vida con ella.
No todo el mundo prioriza, efectivamente, que su pareja sea muy atractiva, muy rica o más joven, pero en el caso de hacerlo, ¿qué problemas te podría acarrear?
Cuando priorizas la opinión de los otros en algo que sólo concierne a tu intimidad, como es la pareja, no sólo te infravaloras, sino que te condenas a vivir una vida que no te corresponde. El miedo al juicio ajeno será como una hipoteca: tendrás que vivir (y discutir) con tu pareja sólo por verte ante los demás como un triunfador o triunfadora. ¿Merece la pena?
El 60% de las parejas en España se han conocido a través de aplicaciones y redes sociales.
4. Los irrenunciables
En mis sesiones de trabajo siempre hablo de los irrenunciables, una serie de rasgos que consideramos esenciales en nuestra futura pareja. Hay que sentarse frente a un papel en blanco y escribir, con toda paciencia (esto te llevará días o incluso semanas), qué peculiaridades no estamos dispuestos a prescindir en una futura relación de pareja y cuales buscamos con más interés.
Sin embargo, esta lista de irrenunciables —pese a su nombre—, no puede ser absolutamente rigurosa: se trata de ver las cosas desde un punto de vista amplio y conjugar los atributos de esa persona que acabas de conocer. Recuerda, además, que el amor, sobre todo, es imperfección: es estar con alguien imperfecto, pero que aún así se la personas con que la quieres estar.
Tus irrenunciables, deberían tener en cuenta los tres puntos básicos sobre los que se sustenta una relación,
Amistad. La intimidad de la amistad es ese sentimiento de cercanía y conexión con una persona. Incluye cuidado por el bienestar del otro, respeto, apoyo emocional, confianza, comunicación profunda, valoración y seguridad afectiva. Nace de la autoexposición mutua en un clima de confianza y aceptación. Requiere cuidar el equilibrio entre estar unidos y mantener la autonomía personal, como en cualquier relación de amistad.
Pasión. Es ese deseo intenso de estar con esa persona. No siempre es sexual, pero sí está muy relacionado con el sexo. Se podría asociar con amor a primera vista, todo el mundo ha experimentado esta sensación de deseo de entrega. A diferencia de la intimidad o el compromiso, la pasión prospera con el refuerzo intermitente: disminuye cuando siempre se obtiene recompensa y aumenta cuando el éxito es irregular; el fracaso constante frustra y puede extinguirla. Es un componente clave de la experiencia amorosa y de la vivencia sexual.
El compromiso. En el amor es la decisión de amar (a corto plazo) y de mantener ese amor con planes y esfuerzo (a largo plazo). Se refleja en lealtad, fidelidad y responsabilidad, y actúa como estabilizador ante los altibajos. Puede desvanecerse tras la pasión inicial o crecer con la intimidad. Además, cada persona puede entender de forma distinta el fin del compromiso (desamor, distancia, muerte), y comprometerse con alguien no siempre implica hacerlo con un mismo tipo de relación.
Te invito a que prepares con calma tus irrenunciables y reflexiones sobre lo que buscas en una pareja.
5. Elegir pareja: hipergamia en era digital
La empresa de fotografía digital Cheerz, ha elaborado un nuevo estudio para conocer el uso que los españoles hacen de la fotografía digital. De este estudio se desprende que casi el 60% de las parejas se han conocido a través de las aplicaciones de citas (34%) o a través de las redes sociales (23%), por su puesto, ayudados de sus mejores fotografías digitales.
Pero las plataformas han convertido el hecho de buscar pareja en un mercado: perfiles, métricas, filtros y algoritmos que van a amplificar ese concepto de hipergamia porque se trata de filtrar por datos objetivos, concentrando la atención en pocos perfiles muy demandados.
Se trata de evitar que el escaparate digital no te simplifique: todos somos algo más que una sonrisa bonita.
Recuerda que en este mercado del cariño digital se funciona con la lógica de los algoritmos: pocos perfiles concentran la demanda porque el sistema aprende rápido qué perfiles generan más interacciones y los vuelven a mostrar una y otra vez. La hipergamia —entendida como la tendencia a aspirar a parejas con atributos percibidos como superiores a los propios— se amplifica cuando lo que se muestra, o sea, fotos, estatus social, aficiones, aspiracionales, etcétera; son fáciles de comparar y ordenar.
También hay una componente geográfica y temporal: las apps concentran oferta y demanda en ventanas de actividad en horas punta y en lugares concretos como las grandes ciudades. Eso hace que la percepción de escasez o abundancia varíe mucho entre ciudades, edades y puntos de interés (como ser licenciado, tener un negocio propio o cosas así).
De modo que estas aplicaciones y portales de citas hacen más visible la hipergamia. Quien busca pareja tiende a mejorar sus puntos fuertes (mejores fotos, bio más pulida, aficiones que proyectan valor), y las plataformas premian esa optimización. Pero la compatibilidad real —valores, cuidado, proyectos de vida— sigue fuera de cuadro si solo miramos lo que nos muestra la aplicación.
Optimiza tu perfil en la redes sociales para conseguir hablar, no para conseguir matches o likes
Redes sociales y las aplicaciones de citas
En este otro artículo hablábamos de como usar bien las redes sociales para volver con tu pareja. Vamos a hablar ahora brevemente de cómo optimizar tu perfil en las redes sociales y las aplicaciones de citas, evitando esa desviación artificial a la hipergamia.
Redactar bien tu presentación. Un texto bien redactado, sin faltas de ortografía y correctamente expuesto por párrafos te ayudará muchísimo. Ten en cuenta que cuando leemos nuestra imaginación vuela. Incluye tres o cuatro datos concretos, por ejemplo: estudio alemán los martes y pienso hacer un viaje en moto hasta París este verano. Si no sabes muy bien cómo hacerlo, puedo ayudarte también en esto.
Diversifica situaciones. Incluye 4–6 fotos que te muestren en contextos distintos: en tu vida normal, actividades deportivas, sociales, etcétera). Evita los selfis desde el espejo (¡y especialmente el espejo del baño!) y trata de trasmitir variedad. Las diferentes escenas transmiten amplitud, no solo hay que subir sonrisas bonitas.
Amplía criterios. No te fijes tanto en las fotos o la situación familiar y personal. Si filtras exclusivamente por los dos o tres marcadores habituales el algoritmo te pondrá en la cola, y podrás interactuar sólo cuando te llegue el turno.
Optimiza tu perfil para hablar, no para matches: Mide tu progreso por tasas de respuesta significativa y por la facilidad para pasar a una llamada o café. No se trata de interactuar y de compartir fotos, recuerda que estás en una de estas aplicaciones para encontrar una pareja, de modo que cuando hayas alcanzado ese objetivo o creas estar en el camino, hay que dejar de usarla.
Pico y pala. Para encontrar pareja es necesario dedicarle un tiempo cada día, aunque sin obsesionarse. Recuerda que el sistema también detecta si eres un usuario pasivo y entonces mostrará menos tu perfil.
Busca ocasiones de gol. Cuando un delantero se acerca a la portería contraria y dispara se dice que ha creado una ocasión de gol. Quizá el balón salga por encima de la portería, o quizá un defensa detenga el tiro o el portero mismo; pero ya has creado peligro y si disparas muchas veces el balón terminará entrando. Ocurre lo mismo con las aplicaciones de citas. Se trata de quedar en persona para tomar un café de diez minutos y ver si hay conexión.
Chat privado. Una vez hayas trascendido a una conversación privada en WhatsApp o Telegram hay que centrarse en esa conversación y dejar por unos días la aplicación. Esto te ayudará a conocer mejor a esa persona y decidir si quieres seguir adelante.
Y sobre todo, aplica el sentido común y sé muy transparente con las personas que conozcas. Se trata de conocer a alguien para una relación a largo plazo. Cualquier otro interés en una persona que acabas de conocer, como tener sexo sin más compromisos, debes exponerlo cuanto antes.
6. Teoría triangular del amor
El psicólogo norteamericano Robert Sternberg desarrolló la teoría triangular del amor para explicar qué tan complejas son las relaciones personales. Te enlazo un video donde puedes ver las conexiones de este triángulo con la hipergamia actual.
Espero que este artículo te haya servido para entender la hipergamia y cómo ésta sigue estando vigente en nuestros días. Para cualquier comentario puedes escribirme a hola@carlosgarciacoach.es








