LAS NUEVAS FORMAS de negocio por internet, el teletrabajo, las redes sociales y en general el mundo globalizado, están creando más que nunca relaciones a distancia. Hay dos tipos: las relaciones que se crean a través de redes sociales desde dos lugares muy distantes; o bien una pareja ya consolidada que por necesidades del trabajo habitualmente, en la que una parte tiene que irse lejos de casa, habitualmente por trabajo. Pero, ¿a qué nos referimos con relaciones a distancia? ¿funcionan las relaciones a distancia? ¿cómo podemos mantenerlas en el tiempo?
1. Lo habitual en las relaciones a distancia
A finales del verano pasado vino a mi consulta un hombre de algo más de treinta años, Juan Antonio, para tratar de encauzar una relación que estaba a punto de romperse.
Cuando concertamos por teléfono las sesiones de trabajo me dijo que sería imposible que su novia viniera a la consulta porque ella vivía en Bogotá, Colombia. «Nosotros tenemos una relación a distancia», dijo.
Lucía y Juan Antonio (son nombres ficticios) se habían conocido a través de una de tantas redes sociales hacía poco menos de un año. Las fotos de Lucía en su perfil, reconoció Juan Antonio, mostraban una chica muy atractiva, un poco más joven que él. Decía que era profesora en una escuela primaria y que vivía con sus padres, ya mayores.
Pocos días después intercambiaron sus números de teléfono y a las dos semanas ya mantenían largas conversaciones a través de videoconferencia e incluso tenían cibersexo con frecuencia. «Como una relación normal y corriente», apuntaba Juan Antonio.
Ahora, once meses después y con un billete de avión emitido para que Lucía viajara hasta Madrid, la relación se había enfriado.
¿Puede alargarse en el tiempo una relación de pareja sin el contacto piel con piel?
2. Cómo se gesta cualquier relación de pareja (incluso si es a distancia)
Todas las relaciones de pareja pasan por varias etapas hasta consolidarse como una relación estable y formal (formal en el sentido social del término). Puedes ver con más detalles las etapas de una relación de pareja en este otro artículo del blog.
Pero nos interesa que hablemos aquí sólo de las dos o tres primeras etapas, qué cambios se producen en éstas y, en general, de lo que ocurre cuando nos enamoramos sea a distancia o en persona.
2.1 Pasión
Enamorarse esa algo raro; raro porque acontece pocas veces en la vida. Es una situación desbordante, muy intensa, en la que se dice perdemos un poco la cabeza. Es cierto que nos volvemos menos inteligentes al tiempo que experimentamos cierto dolor (pasión, del griego pathos, sufrir) como si un flechazo nos hubiera atravesado el corazón.
La pasión de las primeras semanas se experimenta en una sensación de necesidad de estar cerca de la otra persona, como si nos faltara el aire hasta llegar a la cita. Sólo tenemos oídos y ojos para él o ella, y todo lo que hace nos parece maravilloso.
Todos sabemos a lo que me estoy refiriendo porque todos, en mayor o menor medida lo hemos experimentado alguna vez.
Enamorarse es algo raro que no todas las personas llegan a experimentar; en realidad se da muy pocas veces en la vida.
Esta pequeña locura se produce porque la bioquímica de nuestro organismo (el sistema límbico) irrumpe en el proceso. En realidad es un proceso emocional tan básico como el miedo, una situación que segrega en nuestro cerebro diferentes sustancias, placenteras en este caso, como la serotonina o la dopamina. Como dice el psicólogo clínico Walter Riso, nuestro organismo se prepara para el apareamiento y durante unos meses anda despistado por el mundo, sólo pendiente de la persona deseada.
En el proceso de enamoramiento, por lo tanto, concluyen el deseo y la atracción. La magia de la novedad, ir descubriendo a la otra persona y que las barreras de lo íntimo caigan produce una de las sensaciones más intensas en la vida de una persona adulta.
Después de unos meses, quizá un año o algo más, esta sensación desaparece para dar lugar otro momento de la relación, el momento de ser amigos, el momento de que no sólo los cuerpos sino también las almas se unan.
Cuando abrazamos a alguien, especialmente a alguien que queremos, se segrega oxitocina —hormona vinculada con todo lo que produce placer—, a la vez que se libera serotonina y dopamina, hormonas muy relacionadas con bienestar y el buen humor.
2.2 Amistad y compromiso
Decía el dramaturgo y novelista español Antonio Gala que el amor es amistad con momentos eróticos, y es muy cierto.
Después de la química, después de conocer la intimidad del otro y sentirse a gusto con el olor de su cuerpo, aparece una necesidad distinta que busca no sólo acostarse con esa persona, sino también despertar con ella. Hay una máxima en las relaciones de pareja que las compara con la luna: si no está creciendo, está menguando. Es decir, la pareja no es algo estático como pueden llegar a serlo las relaciones de amistad. Una pareja necesita avanzar, necesita proyectos, nuevas metas que conseguir juntos; si esto no se produce lo normal es que comience una crisis.
En esos proyectos e ilusiones es donde parecen las personas (ya no tanto los cuerpos), al mismo tiempo que procuramos hacer cosas para hacer que la vida del otro sea lo más agradable posible: cuidar a la persona amada es algo fundamental.
Aquí empezamos a conocernos de forma distinta, comenzamos a amoldarnos a la vida del otro: su familia, sus amigos, sus manías o su forma de entender la vida. Aquí comienza el compromiso y el proyecto a largo plazo de una vida en común.
Por mi experiencia diría que este es el punto en el que muchas relaciones se rompen. Relaciones que no pueden traspasar lo físico y son incapaces de conciliar sus vidas y sus intereses personales a medio o largo plazo.
3. Comienzas una relación a distancia
Las redes sociales y las aplicaciones de citas son algo verdaderamente útil a la hora de conocer potenciales parejas o simplemente amantes (esto ya depende de los intereses de cada uno). Efectivamente, seducir y cortejar es terriblemente fácil con estas aplicaciones, lo que quizá ha llevado a convertir las relaciones de pareja, como dice el sociólogo Zygmunt Bauman en su libro Amor líquido, en meros objetos de consumo.
Pero no siempre esto tiene que terminar en una relación de follamigos (el término está a punto de ser admitido por la Real Academia), a través de una de estas aplicaciones también podemos conocer a alguien especial, alguien que nos atrae y con quién nos gustaría empezar algo serio aunque esté al otro lado del mundo, como les pasó a Juan Antonio y Lucía.
Algunas veces esto de la distancia viene alimentado por cierto «pensamiento mágico» por el cual créenos que las cosas importantes de la vida, como lo es una relación de pareja, tienen necesariamente que mostrar dificultades añadidas para conseguirlas.
3.1 Primero amigos, después amantes
Hemos dicho más arriba que las relaciones comienzan con gustarse, con el deseo y la atracción; y esto también puede darse en una relación a distancia. Juan Antonio me decía en las consultas que sentía una bola en el estómago cada vez que se conectaba con su novia en una videollamada, pero también dijo que esta sensación le duró poco tiempo, y es normal porque todas esas emociones estaban inducidas de forma artificial, alimentadas de imaginación y no de experiencia.
También se ha hablado que el contacto físico libera dopamina, oxitocina, serotonina y otras hormonas relacionadas con el placer, sustancias éstas que no pueden darse (al menos al principio) en una relación a distancia.
Podemos imaginar cómo será hacer el amor con esa persona y hablar de esto con ella, pero sólo serán meros pensamientos alimentados por las palabras y las promesas de verse muy pronto. No quiero decir que a distancia no puedan generarse ciertos vínculos y emociones; éstos son posibles, sin duda, pero serán muy diferentes sin esa química de la que hablamos.
En definitiva, si la relación continúa en la distancia se habrá avanzado sobre todo en ser amigos. Nos habremos contado toda nuestra vida, nuestros problemas en el trabajo, habremos hablado de nuestros ex y nos habremos desnudado emocionalmente: nos habremos convertidos en amigos y con esto se invierte el orden habitual.
Esto está muy bien; el problema está en el tiempo que la relación puede aguantar así, sin proporcionar la parte física.
Quizá eso mismo es lo que le pasó a Lucía, como después se supo. Varios meses después de conocer a Juan Antonio, conoció a otro chico, «No era tan atractivo como Juan Antonio, pero estaba cerca y me sentía cuidada con él», me dijo en un correo electrónico.
En una relación a distancia se invierte el orden habitual: primero te conviertes en su amigo y después en su amante.
3.2 Pensamientos descontrolados
Pero el verdadero enemigo de las relaciones a distancia es la imaginación y el pensamiento descontrolado. Empiezas una relación y hablas muchas horas con esa persona por teléfono o por videoconferencia, como hemos dicho; pero en realidad no la conoces. Si eres alguien propenso a la ansiedad o a la inseguridad, entonces tendrás un problema añadido porque quizá no hagas más que preguntarte qué estará haciendo o por qué no te ha mandado el habitual whatsapp de buenas noches. Este otro post sobre el uso del whatsapp en las parejas te ayudará si estás empezando una relación a distancia.
Por lo tanto, es fundamental que se den en las personas que inician una relación a distancia la autoconfianza y la madurez. Saber controlar los pensamientos y discernir lo que es sólo una posibilidad de lo que es algo real.
Si tu pareja no te ha dado las buenas noches (o tiene el teléfono desconectado, o cualquiera otra cosa que se salga de lo habitual) puede ser, efectivamente que esté viéndose otra persona. Pero no es algo seguro. Hay que mantener la calma, ser maduros y controlar los pensamientos que en ese momento pueden llegarte. Lo más probable es que esté con otros amigos, que haya olvidado cargar el teléfono o que se haya quedado dormido o dormida en casa. No puedes adelantarte ni dar por ciertas cosas que sólo están en tu imaginación.
3.3 Cómo mantener la relación a distancia
Para que una relación que comenzó a distancia pueda convertirse en algo cercano, hay que ir completando algunas metas. Vosotros mismos debéis hablar de esto sin ningún tipo de miedo, dejando ver qué esperas de esa relación, qué estás dispuesto a dar, o qué no estás dispuesto a vivir.
Tenéis que marcar los tiempos e ir completando avances en vuestros encuentros. Por ejemplo, conocer a la familia del otro, presentarle a tus amigos y a tus compañeros de trabajo o llevarle a los lugares que para ti son importantes.
Las relaciones de pareja son como a la luna: si no crecen, menguan.
Como ya se ha dicho, los celos y pensamientos recurrentes sobre algo que sólo es una posibilidad, pueden jugar una mala pasada. De modo que ten calma y nunca te precipites nunca si desde la distancia adviertes cosas fuera de la rutina. Pregunta con asertividad y confianza.
También es muy importante, ya sea una pareja a distancia o no, que sigas con tu vida normal. Tu vida no puede paralizarse por una relación, que sobre todo tiene que sumar. Tienes que seguir viendo a tus amigos y completando tus metas personales.
3.4 La distancia tiene que tener un fin (si queremos que la relación avance)
Si después de un tiempo de videollamadas los amantes a distancia deciden conocerse y el efecto de la química funciona, todo estará bien. Podrán volver cada uno a casa, pero ya saben que tienen que pensar cuándo y dónde se comenzará a un proyecto de vida en común.
Pueden darse nuevos viajes para encontrarse nuevamente, pero ha llegado el momento de apostar, de ser valientes y emprender una nueva vida al lado de esa persona.
Si por el contrario se continua con esa relación a distancia y los encuentros están muy espaciados, lo más probable es que se pierda, poco a poco se diluyan esas perspectivas; hay mil razones para ello.
Si he tenido un mal día en el trabajo o he discutido con alguien, me apetecerá estar con mi pareja y poder llorar en su hombro. De igual forma necesito que alguien me cuide si estoy enfermo. Desde la distancia podemos hablar de lo que me ocurre, sí; pero no es lo mismo.
En esos momentos se experimenta la sensación de soledad y buscamos personas que estén cerca. Por eso hay tantas infidelidades en este tipo de relaciones.
Si mantenemos una relación así durante años yo diría que estamos frente a un embrión de pareja, no podemos llamar a esto pareja. Para que podamos llamarla así se tiene que dar, como hemos dicho, la sexualidad.
4. Una relación (estable) que se interrumpe por la distancia
La cosa es diferente en el caso de que una pareja bien avenida, y con años de convivencia, tenga que separarse (normalmente por asuntos laborales) durante unos meses o años. Aunque de igual forma necesitarán tenerse cerca, será de una forma muy diferente porque ya está arraigado en ellos el sentimiento de equipo: se conocen y han resuelto otros conflictos en su pareja.
No hace muchos meses vi en televisión la historia de una mujer ecuatoriana que había venido a España en busca de un futuro mejor para su familia. Aunque la idea era que su esposo y sus dos hijos se reunieran con ella después, por otros motivos esto no se había dado.
Ella había viajado pocas veces a visitarles porque decidieron emplear el dinero del viaje en la educación de los chicos y en mejoras para la casa de Ecuador, que pensaban arrendar.
Ellos estaban muy enamorados, decía, y confiaban plenamente uno en el otro. Pero con los años se fueron olvidando de esa promesa y sucumbieron a la necesidad de sentirse amados, de tener a alguien cerca a quién abrazarse y mirar a los ojos sin que una cámara los separara.
Los hijos se hicieron mayores y todo cambió para ellos. Terminaron divorciados.
Déjate llevar por los pensamientos positivos y confía en tu pareja, aunque esté lejos. Que no conteste enseguida a tus mensajes no significa que esté con otra persona.
4.1 La imaginación: el peor enemigo de las relaciones a distancia
También en el caso de una relación estable que tiene que separarse, la imaginación y los pensamientos descontrolados pueden ser un problema, sobre todo si uno de los dos ha tenido algún episodio de celos.
Siempre que he tratado a parejas en crisis que han tenido que separarse, los celos y en general la desconfianza, han marcado una zona oscura.
Si tu pareja está lejos tienes que pensar en positivo y recordarte que te quiere y que siempre te ha sido fiel. Evita esa sensación de que no eres suficiente para él o para ella, y que va a salir a buscar otra cosa aprovechando que está lejos.
Al mismo tiempo evita el control excesivo, que puede parecer demasiado intrusivo. No llames a todas horas para saber qué ha estado haciendo, o quién ha almorzado.
4.2 Cómo mantenerse unidos en la distancia
Efectivamente, una pareja ya consolidada que tiene que separarse, ha de adaptarse a unos cambios. Se puede hacer muy largo y hay que armarse de paciencia, calma y confianza para que todo siga funcionando igual. Es una prueba de fuego que quizá no aguante si entre vosotros ya existen problemas de convivencia o se ha hablado de ruptura.
Hay que mantener el contacto diario y hablar durante horas varias veces al día (todo lo que las agendas permitan) por teléfono o a través de videoconferencia, moviéndose por la casa para pueda ver quién está fuera, que todo sigue como lo dejó, esperando su regreso. De igual forma la persona que está lejos tiene que mostrarle cómo es su vida lejos de casa. No se trata de desconfianza, se trata de hacer cercano el ambiente del otro.
Es fundamental establecer un calendario de visitas lo más intenso posible, dentro de las posibilidades de cada pareja.
Hay que evitar grandes cambios y situaciones estrés para el que se queda. No es buen momento para hacer una reforma de la casa ni tampoco para una mudanza. Esas situaciones se soportan mejor en compañía del otro.
Hay que mantener lo proyectos que se tenían antes de distanciarse; seguir trabajando (aunque sólo pueda hacerlo una parte) para que las cosas sigan su marcha.
Darle importancia a las relaciones íntimas, hablar de ello en la distancia y actualizarse cuando hay contacto físico.
Los momentos en los que estéis juntos hacer cosas fuera, no sólo quedarse en casa. Hay que ver a los amigos o a la familia; quién está fuera también echará de menos a otras personas y esto hay que comprenderlo.
5. Si quieres, puedes
Os dejo el cortometraje A distancia: si quieres, puedes. Una bonita historia con final feliz que te ayudará a confiar, si es que estás en una relación a distancia.