ES ALGO QUE a una todo el mundo se pregunta, después del arrepentimiento. ¿Se puede recuperar a tu pareja después de una infidelidad?
Hace poco vino a mi consulta una pareja que había roto a causa de una infidelidad. Ella estaba convencida de que su relación de pareja no podría volver a ser lo que fue por mucho que perdonara a su marido y que éste cambiara.
Cuando a solas le pregunté el motivo de este pensamiento, Andrea, pongamos por nombre ficticio, puso el ejemplo de cierta tradición japonesa llamada kintsugi, según la cual se unen los trozos de una tetera rota usando una mezcla de polvo de oro. De esta forma, una tetera rota es mucho más valiosa que antes de romperse. «Sin embargo —dijo ella—, por mucho oro que tenga, una tetera rota siempre será una tetera rota».
1. Secuelas de la infidelidad
Ella se refería a que las secuelas de la infidelidad jamás se borrarían de su corazón, como los trozos rotos de una tetera, que siempre serían visibles en la tetera aunque se peguen con oro.
Andrea y Luis son una pareja estable que llevan juntos más de veinte años. Los dos rozan la cincuentena. Al parecer, él tuvo un escarceo con una antigua novia y llegaron a acostarse al menos una vez. Andrea lo descubrió por el modo tan extraño en el que últimamente estaba usando Whatsapp, sólo tuvo que tirar un poco del hilo, me dijo. Los descubrió besándose en el coche.
Desde luego él nunca tuvo intención de dejar su relación con Andrea. Si bien las cosas no funcionaban del todo bien entre ellos, sí había un pacto de seguridad y fidelidad que nunca se había roto. Esa sensación de que algo se ha roto es a lo que se refería Andrea cuando me explicó lo de la tetera.
En realidad, cuando se descubre una infidelidad lo que perdemos es la confianza en esa persona. Una relación de pareja (como en general todas las relaciones humanas) necesitan de una alta dosis de confianza para funcionar. A esta pérdida de confianza se añade a una sensación de menosprecio, incluso de inferioridad, que la persona engañada puede llegar a sentir.
Paradójicamente, una infidelidad puede suponer la unión definitiva en una pareja.
Esos dos conceptos, desconfianza y menosprecio, imposibilitan un proyecto de futuro en común como es la pareja (en este capítulo del Método K encontrarás más información sobre esto) y las consecuentes dudas para seguir caminando juntos.
2. ¿Qué es una infidelidad?
Una pareja se define por lo íntimo. Es decir, tu pareja es esa persona con la que exclusivamente compartes ciertos aspectos muy personales, especialmente el sexo.
¿Podemos considerar una infidelidad un beso furtivo? ¿Salir a cenar y luego al teatro con alguien (especialmente si se oculta a la pareja) es ya una infidelidad? ¿Es una infidelidad el sexo por el sexo, sin que medie ningún tipo de sentimiento? ¿El sexo por dinero, o sea, la prostitución, sería por lo tanto una infidelidad? ¿o quizá sólo podemos llamar infidelidad a aquella relación en la que hay sentimientos, amor y deseos de proyecto en común?
No hay una respuesta general, sino que cada uno interpretará esa sensación de traición de una forma distinta. Quizá, a grandes rasgos, podemos decir que hay infidelidad cuando la exclusividad se ve comprometida y la relación amenazada (lo cual, en cada caso es diferente).
Hay quién considera amenazada la pareja sólo cuando hay un sentimiento de amor por medio, de modo que darse un beso, salir a cenar o pasear de la mano con otra persona (a escondidas) no sería una infidelidad si es que no hay por medio un sentimiento.
Desde luego esas actuaciones siempre hacen daño porque siempre están unidas a un cierto sentimiento de desprecio. Pero lo más importante es que cada uno, cada persona, cada situación debe ser abordada y entendida en su contexto; de modo que no hay una infidelidad como tal sino que cada persona lo vive de una manera.
Recomponer la confianza, que es el sentimiento humano más importante para crear cualquier lazo.
3. ¿Es posible reconstruir la confianza perdida con tu pareja tras una infidelidad?
Hay gente que cree que las personas somos como teteras, es decir, objetos estáticos que no cambian a lo largo de su vida. También hay quien piensa que una vez alcanzada la edad adulta siempre actuaremos de la misma manera o cambiaremos muy poco. Sin embargo, creo que nada hay más humano que el cambio, el devenir, la transformación.
No quiero decir que todo el mundo pueda cambiar en todos los aspectos y hacerlo de la noche a la mañana. Es verdad que hay ciertos valores que resisten con más fuerza que otros y que, efectivamente, sea más difícil cambiarlos, pero no por ello es imposible.
No me molesta que me hayas engañado, me molesta que a partir de ahora no pueda creerte. (Atribuido al filósofo alemán Friedrich Nietzsche)
Aun así, la experiencia me dice que es posible reconstruir una pareja después de una infidelidad, aunque no en todos los casos se puede conseguir.
Una infidelidad suele provoca una ruptura (aunque no por ello el cese inmediato de la convivencia), una ruptura no muy diferente de otros tipos de rupturas de pareja con los que suelo trabajar en mis consultas. En todos los casos se trata de recomponer la confianza, que es el sentimiento humano más importante para crear cualquier lazo.
Tú estás absolutamente seguro o segura de que no volverás a ser infiel: piensas que has aprendido la lección, pero ¿cómo puedes demostrárselo a tu pareja? Desde luego no es una tarea fácil, la confianza es algo que puede darse de un día para otro; la confianza es algo que hay que construir cada vez que se pierde.
Lo habitual, lo que suelo encontrarme, es que la gente quiera demostrar de pronto, un arrepentimiento general y un amor infinito a su pareja, y de esta forma le pida una oportunidad para demostrarlo en ese mismo momento. Este es el error más común: la impaciencia. No puedes pedirle a tu pareja que olvide y perdone desde el primer minuto. Tienes que tener paciencia y si es que se ha roto la relación, aceptar la ruptura y trabajar tú mismo o tú misma en mejorar.
No puedes decirle a tu pareja que te perdone y que vuelva a confiar en ti porque has cambiado. Obviamente no te creerá: nadie puede cambiar en solo unas horas o unos días.
4. La clave para recuperar a tu pareja después de una infidelidad es construir confianza
Imagina que alguien solicita el puesto de camarero en una cafetería y dos días después es despedido porque no sabe servir cafés o no tiene ni idea de cómo preparar un plato. Si sólo una semana después del despido le dice al jefe que vuelva a contratarlo porque ha aprendido, el jefe no le creerá.
De igual modo no puedes decirle a tu pareja que estás preparado para volver si aún tiene en la retina la imagen del beso que le estabas dando a otra persona, o ese whatsapp que le enviaste a alguien.
Quizá después de un par de meses en una escuela de hostelería, puedas solicitar el puesto de camarero y decirle al jefe que te has formado para ser mejor empleado. El jefe estará encantado de ver la certificación de tus estudios y con eso se lo pensará. Ahora (no antes) serás un candidato posible.
Con tu pareja lo mismo: solo si te das la oportunidad de pasar un tiempo analizando los motivos que te llevaron a ser infiel y eres capaz de transmitirle a tu pareja lo que ocurrió, de explicarle el error, de contarle que hay un montón de cosas buenas entre vosotros por las que merece la pena seguir y sobre todo, que estás dispuesto y comprometido a luchar por la relación.
Para recuperar una relación rota por una infidelidad no hay un camino diferente: en todos los casos se trata de reconstruir la confianza.
Quizá entonces pueda darte esa otra oportunidad de estar juntos. La psicología del coaching trabaja junto en eso: buscando que las personas o los equipos (una pareja es un equipo de dos) puedan comprender su errores y de esta forma conocerse mejor. Sólo así podrás crear estrategias para recuperar esa confianza.
No significa que con la nueva oportunidad esté todo solucionado. Como el empleado de la cafetería estás a prueba durante unos meses, mese en los que tendrás que seguir trabajando esa zona errónea que te llevó a cometer la infidelidad.
El Kintsugi es una tradición japonesa que une los trozos de una tetera o cualquiera otra vasija rota usando una mezcla de polvo de oro y resina, haciendo que la pieza sea más valiosa que antes de romperse. ¿Ocurre lo mismo con en una relación sentimental?
5. Perdonar una infidelidad
A Andrea le contesté en aquélla ocasión que hay personas que cambian de religión, de ideología política e incluso personas que cambian sexo. Si es posible cambiar en algo tan radical, supongo que también será posible hacerlo en otras áreas menos trascendentales —si es que aquéllas lo son—; y con ello me refería más a ella que a su marido, cuyo cambio incluso ella daba por hecho.
Ella, efectivamente, tenía muy claro que su marido no volvería a serle infiel. Sin embargo, como la tetera pegada con oro, pensó que siempre le quedará un mal recuerdo. Andrea tenía que perdonar a su marido. Y en esa otra tarea nos enfrascamos durante algunas semanas con la confianza de que, restaurar la confianza y tras superar el dolor, fueran una pareja mucho más unida que antes de la infidelidad.
El tema de la infidelidad ha sido llevado al cine muchas veces. Os dejo el trailer de una de las mejores cintas de Woody Allen, Match point, que trata este tema de una manera muy especial.