La calma y el método Jacobson de relajación

Uno de los problemas más importantes a resolver tras una ruptura es la falta de calma. La claridad de pensamientos es imprescindible para tomar las decisiones correctas algo que sólo conseguiremos desde una serenidad interior.

He tratado personas que tras la ruptura han tomado el camino de encerrarse en sí mismos, de recluirse en una vida monacal sin ver a sus amigos o familiares, saliendo de casa sólo lo imprescindible. A otros, por el contrario, les da por realizar viajes, salir a todas horas, tal vez beber o fumar demasiado, refugiarse en las drogas o en la promiscuidad. 

Todo ello es síntoma de una inestabilidad que no te llevará a recuperar a tu pareja sino a distanciarte de ella aún más. Tanto si pretendes recuperar a tu pareja como si no, piensa que la calma es el punto de partida, los cimientos de cualquier proyecto al que uno pretenda enfrentarse con un mínimo de garantía.

La calma es como el agua, algo tan básico, tan necesario, que ni siquiera reparamos en su importancia. Pero lo cierto es que sin ella no podrás salir de casa con la intención de comprar el periódico, por poner el más sencillo de los ejemplos, ya que sin ella es posible que te olvides el dinero o, lo que es peor, te atropelle un coche al cruzar la calle. En una ocasión vino a verme una mujer de unos cuarenta años que reconoció haber contraído una importante deuda con su compañía de teléfonos, ya que tras la ruptura con su pareja —era homosexual y vivía con otra mujer algo mayor que ella—, pasaba las noches llamando a los videntes que se anunciaban en un canal de televisión. Además, había abandonado a su perro, que comía lo que encontraba en el cubo de la basura de la casa.

En un ambiente así es difícil que tomes las decisiones adecuadas para conseguir cualquier cosa y mucho menos puedas recuperar a tu pareja…