Parece que todo se derrumba cuando descubres que tu pareja, a quién tratas de reconquistar, está metida en varias aplicaciones y redes  sociales de búsqueda de pareja o, peor aún, sabe que se ve con otra persona. En el mejor de los casos puede que recibas la noticia directamente de tu pareja, pero puede que lo descubras tú mismo o tú misma, o incluso que algún amigo piadoso te llame para informarte. Una vez más: calma. No exageres ni pienses que es terrible, no es el fin del mundo ni tampoco se agotan ahí tus posibilidades de volver con ella o él.

Para empezar, hay que diferenciar dos tipos de terceras personas. El primero sería una relación oculta que existía mucho antes de que vuestra convivencia se rompiera. Recuerdo un caso que traté hace años: una pareja madura que pasó por una situación muy prolongada de falta de diálogo en la que él fue desenamorándose poco a poco sin que por ello cesara la convivencia. Un buen día él se reencontró con una antigua compañera de facultad y comenzaron una relación oculta que duró varios años hasta que decidió dejar a su esposa. Cuándo ésta lo descubrió vino a verme para arreglarlo, pero nada se pudo hacer: era ya demasiado tarde.

Podríamos decir que cuando cesó la convivencia él se encontraba en la cuarta etapa de la ruptura, la liberación; mientras ella apenas había superado el impacto de la primera. Este sería el caso más difícil resolver y ahora sí tendríamos que denominarla tú ex pareja.

Pero lo habitual, si es que